Despiestes, vecinos y otras desgracias menores

Hoy me he levantado sin mucho esfuerzo a las 7 de la mañanita, he desayunado, me he duchado, me he vestido, he sacado a Dante... ya un poco tarde porque como decía alguien por ahí, yo me levanto pronto para que me de tiempo a perrear y desperezarme a gusto. Y he salido pitando.

Cuando estaba llegando al metro, no sé por qué me he dado cuenta de que llevaba la blusa al revés. No sé si alguien habrá reparado en el color de mi cara, pero durante el siguiente rato me he estado mirando como quien no quiere mirarse, a ver si se notaba mucho, afortunadamente esta estupenda blusa podría pasar por reversible, me he toqueteado el cuello para ver si la etiqueta estaba tapadita... y sí. Luego he agradecido que la etiqueta lateral estuviese en el lado derecho que es donde me cuelgo el bolso y me he medio tranquilizado pensando : -qué bien ¿me van a regalar algo hoy? ¿quién será? ¿qué será? ^_^

La culpa ha sido de los vecinos de arriba que me ojean de vez en cuando. Cuando me acuerdo me visto a oscuras para no dar un espectáculo gratuito a estos cerdos, y les llamo cerdos no por voayers, si no porque nos tiran al patio las colillas de sus cigarros. Tenemos también una gama de calzoncillos suyos porque no saben que existen las pinzas. Cuando les insultas a voz en grito no se inmutan y cuando pescas a uno en la ventana y le dices donde se pueden meter las colillas (que es en el cenicero, obviamente) contestan: - Mi no entiende.
Grrr.
El día del bar de Jose estuve pensando en subir disfrazada de censora del ayuntamiento y apuntarme el nombre de todos para meterlos en el congelador. Tal vez lo haga la próxima vez que hagan una fiesta, porque esa es otra, no se de que donde coño son pero cuando invitan a chicas, estas dan unos gritos de alegría semejantes a los de las bereberes, a veces me parecen marroquies y otras me parecen rumanos, no sé, me tienen confusa pero me da en la nariz que de alguna manera van a terminar todos en mi congelador o en mi horno... ah no, que no tengo horno... humm al microondas a ver si les revientan los güevos.

En fin, espero que el regalito en cuestión no sea el calzoncillo de esta mañana ni la puta caída de sistema que me he encontrado al llegar acá. Ni un terminal comunicado, montones de mensajes en el contestador al respecto y unas cuantas llamadas por lo mismo. Ahora parece que las aguas van volviendo a su cauce. A ver si los ingleses dejan ya de hacer pruebas porque cada vez que andan manipulando el sistema pasa lo mismo ¡Merde!

Bueno, me voy a dar la vuelta a la blusa que con esta cabeza que dios me ha puesto encima de los hombros todavía me voy a casa con la blusa del revés...............otra vez.