lunes, diciembre 17, 2007

Misterios del Yo

He descubierto que estoy encantada.

En general, mi vida conmigo transcurre en esa placidez que da los muchos años de buena convivencia, pero a veces…


… mis ojos se abren y se cierran sin que haya voluntad que los active; mi boca emite misteriosas e ininteligibles cacofonías que se repiten una y otra vez hasta que alguien creé entenderlas o darle sentido, mis oídos escuchan voces y ruidos que nadie más oye, perdonad si alguna vez os suelto un “eso lo será tu padre” sin que hayáis abierto la boca.

En un segundo, mi temperatura corporal, pasa del calor extremo al frío polar dejando una serie de erupciones epidérmicas llamadas vulgarmente carne de gallina. No me faltan ni siquiera las presencias extrañas, cuando menos me lo espero, siento que hay más cuerpos dentro de mí de los que estoy dispuesta a aceptar.
También caigo en estados de absoluto trance de los que despierto con uno de los insistentes toques de antebrazo y la mágica palabra ¿¡sabes!?, descubriendo con horror que no me he enterado de nada de lo que me han dicho en los últimos 15 minutos.

De mi estómago, a ciertas cíclicas horas, surgen lastimeros y quejicosos lamentos que ponen los pelos de punta… hablando de pelos, durante las noches, mis rizos se entregan a un desenfrenado aquelarre y como resultado de esa orgiástica danza, amanecen todos como descoyuntados y aún entrelazados en amorosos nudos, los del flequillo con los del cogote; los del lado derecho con los del lado izquierdo.
Hay noches que me despierta un sonido como de tambores taquicárdicos que surgen de lo más profundo de mi pecho accionándose automáticamente todos los extraños fenómenos paranormales anteriormente relatados, y como broche de oro a tanta agitación, mis manos levitan fantasmalmente sin ton ni son en busca de la luz… bueno del interruptor de la luz que misteriosamente ha decidido desaparecer o cambiar de sitio.

E incluso hay veces que mis pies también adquieren vida propia, sobre todo cuando suena algo como esto:



En fin, que sí, que estoy encantada. Voy a ver si me presento en Cuarto Milenio e Iker puede desvelar cual es el motivo de mi encantamiento y me exorciza … o algo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu problema es de gases, seguramente, pero si no fuera ese el caso a mí no me lo cuentes ya sabes que soy una miedica y no quiero enterarme de cosas raras como posesiones, alucinaciones, presencias extrañas..... y los ruidos del estomago qué esperas chica si solo comes ultimamente espinacas..
besos guapa

Pipilota dijo...

Sólo como espinacas los lunes como fustigamiento gastronómico por los excesos findesemaneros.

¿tú no estás encantada? yo creo que sí... últimamente también andas como en trance por la oficina.

Cuidate ^^

Anónimo dijo...

Estoy encantada de conocerte, y no sé si en trance, pero estoy un poquito perjudicada y eso me da un aire como de vagar por mundos lejanos, de todas formas para el caso que me haces da igual dónde esté..
besines

Pipilota dijo...

Eso es por culpa de los ectoplasmas que alojas en tu naricilla, en cuanto te deshagas de ellos verás que bien percibes el mundo que te rodea.
Por cierto, esa cosa molesta, ese murmullo constante soy yo. Tendrás que mirarte también a ver si tienes ectoplasmas en las orejas, ya sabes como son... lo invaden todo.

y creo que me lo estás pegando,
que lo sepas, pero no importa, te querré igual...
...
...
...
...
mente obstinada.

La.churri dijo...

Jajajajaja...
Simplemente sublime!!!
;)

 
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