Inevitable

Inevitable es una palabra que procuro evitar.

Ya he dicho que tuve una infancia feliz, muy feliz.
Nuestra infancia es para mí un templo sostenido por sólidas columnas que irradiaban tanto cariño que, como dijo un día Nieves, empalaga de pensarlo. El tiempo ha carcomido esas columnas, algunas han desaparecido.
Ahora un elefante cabezón arremete contra una de ellas y ves cómo la cúpula principal se va hundiendo, sabes que más pronto que tarde todas y cada una de las columnas desaparecerán y aquellas criaturas de antaño quedaremos al descubierto. Sólo nos salvará de la rapiña la unidad que intentaron inculcarnos y que tan bien lograron. Solamente nos aliviará la tristeza el darnos cuenta que nosotras mismas nos hemos convertido en sólidas columnas para otras criaturas que han ido llegando.

Es inevitable no perder la esperanza y es inevitable perderla.
Es inevitable maldecir la distancia.

Una hora nos separa
Una hora que a veces parece un siglo.