Tengo una nueva misión

Pues sí, el añometro de Luis sigue funcionando a la perfección. Si hacemos memoria hace tres años y pico que no había vuelto a saber nada de él y como este año tocaba, según su curioso calendario, pues hemos quedado para comer.

Luis siempre suele venir con alguna cosita debajo del brazo y la razón de su aparición en esta ocasión es una especie de libro-cuaderno que quiere que yo envíe de forma internaútica a Bobby. Vamos, yo ya le he dicho que soy mu torpe y que en estos momentos lo de escanear imagenes me parece algo tan improbable como un viaje a Isla Mujeres.

Aún así me ha invitado a comer, cosa que se agradece dado que mi economía está en su punto álgido a estas alturas, y me ha dado el mecanoscrítodibumusical e incluso me ha cantado alguna de las canciones demostrando que este chico toca todos los palos con bastante buen hacer... bueno, no sé cómo se le dará la guitarra, pero me temo que se le dará tan bien como todo lo demás.

He pasado un buen rato; afortunadamente la quedada ha sido lo bastante breve como para no ahondar en nuestras múltiples diferencias. Quede claro que él es un taxista (sin querer) que, en general, aborrece a sus clientes y yo soy una muy ocasinonal cliente (sin querer) que aborrezco, en general, a los taxistas... pero pelillos a la mar, como siempre hemos planeado que un día de estos vendrá a buscarnos a Dante y a mí para dar un voltio por el campo con sus nuevas perras, Pecas y Tola.

Dentro de 3 ó 4 años te diré qué fue de estos buenos propósitos.

Dejo la foto de una de las páginas, coste que está tirada de manera bastante casual y que sé que la calidad lo deja todo por desear. u_u
Me ha gustado el dibujo tan colorido, con su Lola y con su manera de estar con una guitarra en un porche selvático. Luego me he ido a buscar la canción y he visto que es ésta y que me gustaba antes de saber cómo se llamaba y veo la traducción y también me gusta.

Me pregunto qué nuevas sorpresas me deparará el último proyecto de Luis.

Y también me pregunto si algún día podré culminar la misión que me ha encomendado.