jueves, agosto 20, 2009

Sobre cierta legislación

Esperaba este día con ilusión, ahora que ha llegado siento el vacío.
Estoy sola y en estos momentos no me apetece estarlo, no me apetece ni cuidar de mi ni descuidarme de mi. No me apetece cargar yo sola con la triste cara de Dante. Dante, dioses, ha dado un bajón este mes que me tiene con el ánimo un poco churriflojo.
Pienso en un péndulo afilado que, como en el relato de Poe, pende sobre mi pecho. Bajando, bajando lentamente para desgarrarme más pronto que tarde. Esa inevitabilidad me da mucho, muchísimo miedo porque sé lo que me espera. Intento no pensar en ello, intento pensar en aprovechar cada momento, pero es difícil.

También tengo un par de esperanzas. La esperanza de que cuando vuelva Jesús de vacaciones me diga:
- Ésto se arregla con una operación.
Aquí entra el pozo del relato de Poe. Una operación de articulaciones a sus años y con su tamaño… no sé, pero estoy dispuesta a hacer algo más que a morirme de pena y miedo.
Y la esperanza más loca de todas es que Dante se recupere de algún modo milagroso, con mi ayuda, claro, pero sin tener que torturarle.

Lo siento, no quiero preocuparte, pero necesitaba vomitarlo y prefiero este método anodino e impersonal, sabes que si intentas hablar conmigo de esto probablemente me haré la loca, así que hazme caso y no te preocupes, este estúpido estado se me pasará enseguida. Es lo bueno de la bipolaridad.

Ahora que lo pienso, está también la otra esperanza, esa que viene de aquella vieja regla que rige mi vida que dice:
Casi toda preocupación tiene un efecto inversamente proporcional a su resultado.
El problema está en el puto “casi” de los güevos. Pero en fin, ya sabes que si en mi es difícil matar una esperanza... imagina lo que cuesta matar tres.

Sé que de este péndulo no me salvarán las ratas pero es mejor que no me lo recuerdes… ya me encargo yo.

3 comentarios:

Pipilota dijo...

¿Ves? ya se me ha pasado la tontería de que no me apetece estar sola :) de hecho estoy encantada y además ahora veo a Dante con mucho más optimismo...

Sólo necesitaba llover un momentito y por supuesto, comer.

Es tan bonito estar chalá ^-^

A ve ces

Anónimo dijo...

dimemaquina escribió...

¿Quién es capaz de matar tres esperanzas? ¡Es imposible!

Y no. No estas chalá, Pipi.
Aunque te surgan algunas dudas al repecto Dante sabe (y quienes te queremos igual) que eres "lá más"...

Bss

Pipilota dijo...

¿Lamas? andá, como Lorenzo ;D

 
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