martes, diciembre 19, 2006

Trabajando duramente


Me he levantado con calma relativa, no ha ocurrido nada especial para que mis nervios hayan aflorado de esta manera tan exagerada.

Además me han ampliado el límite de la tarjeta. Teniendo en cuenta mi poca cabeza para estas cosas, pronto descubriré que Aún me puedo hundir Más en la miseria... pero eso vendrá después, de momento disfrutaré ejerciendo de Baltasar y podré operar a Dante.

He ido a pillar los reyes de Pablo y Mónica y a la salida he tenído una alucinación. He visto a Papá Noel, estoy segura, vamos hasta he pensado - Qué bien a lo mejor me da un caramelo- pero cuando he llegado a la esquina en cuestión, no había nadie.

En algún punto indeterminado del trayecto al trabajo, he empezado a enervarme hmmm de esos nervios que se te agarran al estómago.

Cuando he llegado a la oficina había trabajo de verdad, del de pringarse hasta las orejas, después de unas cuantas semanas sin material, esquivando gente furiosa, aguantando quejas con toda la razón de los quejicosos y de plañideros, distribuyendo con cuentagotas las máquinas disponibles, hoy han llegado refuerzos de Portugal.

La alegría era contagiosa, nos hemos puesto todos manos a la obra preparando los distintos paquetones para todos los puntos de la península.

Las caras de los transportistas son un capítulo aparte, madre mía creo que se han cagado en todos nuestros muertos. ¡Tres hurras por estos esforzados trabajadores !

El rumor cada vez más insistente que corre por la oficina es que el barco se hunde, pero hoy hemos trabajado como si no pasase nada, como si en vez de haber chocado contra un iceberg hubiesemos encallado temporalmente.
Mis nervios no me han dejado ni a sol ni a sombra, de pronto he discutido con Frascuelo como no recuerdo haberlo hecho nunca. Nos hemos puesto cómo energúmenos por un quítame un allá esos días (vacacionales).
Oye que me he quedado como un guante.


Pero ahora están otra vez aquí y Frascuelo ya se ha ido, voy a ver si cuando salga me voy a hacer cola al supermercado y me agarro del moño con alguien...

Creo que la culpa es de los villancicos y de las luces de colores.

PD: la imagen de hoy es del diario de Luis Casado del que soy albacea.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahhhh, cómo han cambiado las cosas, de los diarios manuscritos tan maravillosamente por Luis a los blogs... En fin...

Anónimo dijo...

O_O a ti también te han mandado esa horrrible carta informándote de que puedes gastar más para endeudarte más? yo he decidido hacer cómo que no he leido nada, no sea que me de por pulirme el límite de la tarjeta y pagar letras lo que me queda de vida....
Lo de Papa Nöel es normal,por lo visto, es por la época creo ;P

Anónimo dijo...

Te confirmo que si, era el mismisimo papa Nöel tu sobri estuvo con el por la tarde alucinada talmente el peque de mi amiga le tiro de la barba y todo.
El tio se enrolló con ellos y dijo que si no les traia todo lo que queria que se lo pidieran a los reyes que como eran tres....

Pipilota dijo...

Pues yo insisto en que fue una alucinación ambiental. Le ví en la esquina a 20 metros con su traje rojo y su barba blanca y 10 metros después no estaba ni había sitio alguno donde esconderse...

Respecto a lo de la tarjeta... qué quieres que te diga Vero, en mi caso ya es una cuestión que dice "de perdios al rio" no me ha parecido horrible, me ha parecido providencial, ahora tengo unas perrillas para jugar a pasárlas de una tarjeta de debito a otra, se me abre un pequeño abanico de posibilidades de joder al citybank de los cojines que es el que me tiene sangraita.

Anónimo dijo...

Pos va a ser que er Deivid y tú tenéis las alucinaciones conjuntas...¿No habréis quedao hace poco con algún ruso que llevara poloño encima? La gente se os desaparece qué es una barbaridad...

Anónimo dijo...

Yo hoy he visto a un Papa Noel bajarse de un camion, ¿donde han quedado los renos y el trineo?, por favor, este siglo XXI no respeta ni las mas ancestrales tradiciones.
Pipi, al loro con la tarjeta, que ya sabes que son muy traicioneras

Pipilota dijo...

Todavía estoy pagando las últimas traiciones de mis tarjetas... y lo que me queda por pagar... :S

A mi me parece que lo de david es más misterioso, lo mio no es más que eso que dije, una alucinación ambiental.

Anónimo dijo...

Eso de ver a alguien y que a la vuelta de la esquina no haya nadie me suena. ¿Será una epidemia? ¿Fumaremos lo mismo? ¿Tú tampoco duermes?

Pipilota dijo...

Yo fumo negro sucio blanco Ü y duermo como un tronquito humm tal vez nos podríamos agarrar a lo de la epidemia pero insisto en que lo mio y lo tuyo, aunque tiene cierta similitud, no es lo mismo.

 
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