lunes, mayo 15, 2006

El Hombre del Bosque

Sí sí, ya sé que hay una parte (incluso de mí) que aborrece los zoológicos, pero a Pablo que es el niño de 3 años que más quiero del mundo, es un apasionado de los animales, tiene la casa repleta de mogollones y mogollones de animalitos de plástico. Los felinos son su pasión. Me hace gracia porque luego es un poco miedica... pondré la foto que tiene con Dante para que veáis su cara que es para comérsela empezando por los mofletes.















* Con permiso de la madre de la criatura (porque también sale ella) he incluido la foto de felicidad de Pablo una vez que Dante obedientemente (no se quién conio le enseñó) da la patita, perdón patorra.


El caso es que por este motivo el domingo, por segundo año consecutivo, fuimos a celebrar su tercer cumpleaños al zoo. Uno de los animales qué más me alucina es el orangután, que por lo visto significa "hombre del bosque" en no sé qué lengua, O-rang-utan o algo parecido.

Hace años, en otra visita que hicimos, pasamos por una cuadriculada jaula-urna donde había un orangután, triste y solo, aunque no se debe dar de comer a los animales ¿quién es capaz de resistirse ante los ojos suplicantes de esos pobres animalillos allí encerrados? yo no.

El caso es que el orangután al estar en una especie de urna, no veíamos como darle un cacahuete, estábamos allí delante condoliéndonos y miroteando la "jaula" cuando él, se incorporó, nos miró, se subió a lo más alto de la jaula, y no sé explicar cómo, nos hizo entender que había unos respiraderos arriba... Nosotros nos miramos sorprendidos, miramos con la boca abierta al orangután, cogimos a hombros a Sergio, mi hermano, que por entonces era el más pequeño y le fuimos pasando cacahuetes por el agujero aquél que de otro modo nos hubiera pasado totalmente inadvertido. Entonces fui consciente, de la inteligencia y soledad de este enorme simio, y me morí un poquito de pena por él.

Ya han cambiado la instalación del orangután. Tiene por un lado una enorme jaula acristalada imitando una especie de terreno montañoso y por otro lado una parte arbolada y verde en el exterior. Ayer pasando entre estas dos zonas, había un viejo macho, digo yo que sería el mismo que nos indicó por donde darle chucherías porque por lo visto son muy longevos, le ví dirigirse hacia uno de los ventanos donde había un montón de gente, que por cierto, ver caminar a ese enorme macho en ese ambiente simulado, es inquietante, parece un anciano de espaldas, bueno cuando llegó al ventanal, se puso a mirar a todo el mundo, como si buscase a alguien en particular y después con una expresión de profundo aburrimiento se dio la vuelta y buscó un sitio más íntimo lejos de la vista de tanto humano imbécil que se cree superior a un animal tan estupendo como él.
En la zona exterior había dos individuos más echando la siesta, no tengo ni idea de si la zona acristalada y la exterior se comunican, pero la diferencia entre una y otra zona es como de la noche al día. Me da la impresión que los de fuera eran una hembra y su cría, un poco crecidita ya eso sí, y bueno como los machos son un tanto eremitas según he leído por ahí, posiblemente la gente del zoo haya hecho lo que considera oportuno separándolos. No lo sé.Según tengo entendido, estos simios tienen una especie de cultura que enseñan de generación en generación. Los padres enseñan a los hijos a utilizar palos para capturar y comer hormigas, también a fabricarse "paraguas" para protegerse de la lluvia e incluso tienen un lenguaje particular que utilizan para saludarse y despedirse entre otras cosas.

A mí me gustaría hacerme amiga del hombre del bosque del zoo, me gustaría ir todos los días un ratito a sentarme junto a su jaula de cristal, descubrir cual es su alimento favorito y que me enseñe por donde se lo puedo dar y que me enseñe también a decir hola y adiós en orangutanés.

Pero es tan caro y está tan lejos, aunque parezca cerca, que no es posible, tal vez el año que viene si Pablo vuelve a celebrar su cumpleaños en el zoo... tal vez... quién sabe.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡ay!, me has hecho llorar, pendon.
¿por que esperar al año que viene?, anda que no tenemos verano por delante para ir un día a visitar a este ilustre habitante, si hay que celebrar algo, pues se celebra y en paz.
Ah, muchas gracias por elegir a mi niño como el niño de 3 años que mas quieres, el también te quiere mucho a tí

Anónimo dijo...

!Qué bonito está! No concibo como puede conservar esos mofletes tan "comestibles", debe de ser uno de los niños más requetebesuqueados de mundo mundial.

A mí el zoo me da mucho yuyu, voy poco porque me doy un poquito de repelús cuando espío la vida de animales encerrados, la vida no consiste sólo en comer y dormir, me parece que se les quita la dignidad a ellos y que nosotros demostramos poca como seres "superiores", tendría que haber otro tipo de espacio para ellos y clausurar los zoos al uso.

¿A vosotros no os turba que os mire un simio? A mí me pone nerviosa, son tan parecidos a nosotros en gestos y actitudes que me impresionan (y más entre barrotes, como están algunos)...En fín, ya no os suelto más rollo, chao.

Anónimo dijo...

Pues que quereis que os diga sobre los zoos.
Que si, que da pena ver a los animales alli encerrados, pero que en la mayoria de los casos, seguro no es viable su reinsercción en la naturaleza, y que decir de los que ya han nacido en cautividad que son la mayoría seguro.
Y la mirada de los grandes simios (como este hombre del bosque del zoo de madrid o de los gorilas o chimpances que allí habitan) te hace pensar en que son ellos los observan tu comportamiento y no al contrario.
A mí si me gusta el zoo como parque, aunque este año, lo de ir un domingo ha sido un error garrafal, con tanta gente y papaitos-movil por allí

david dijo...

Jota, llegará un día en el que te hará falta tener ese poder, porque llegará un día en el que te encerrarán en una :P

No sé, no me resulta nada sorprendente que esos bichos se nos parezcan. Si genéticamente somos casi iguales. Lo que no entiendo es cómo puede haber gente que los rebaje a ellos a la categoría de animales, como si nosotros fuésemos otra cosa (¿vegetal? ¿Mineral?). Si fuesen ellos los que tuviesen cuerdas vocales en condiciones, o si el azar les hubiese tratado mejor, tal vez se habrían pasado siglos debatiendo si el homo sinpelus (no creo que nos llamasen sapiens precisamente) tiene alma o no.

Pipilota dijo...

Bueno Pepa te veo un poco sensible, no creo que esté tan mal el post ni las fotos para echarse a llorar ¿no?

Veo que sois en general muy amantes de la vida salvaje... eso está bien, Seguid así.

El sueño de los 12 monos permanecerá vivo hasta que se cumpla.

De cualquier modo, cuando "mis niñ@s" descubren que los animales que ven en la tele y tienen en pequeñas réplicas por toda la casa, se les pone una cara que es... no se como explicarlo, pero si a mi er Félix Rguez de Fuente y el zoo y el safári park donde me llevaron mis papis me ha hecho una animalista, deseo lo mismo para ellos.
Prefiero que aprendan el respeto por los animales a que los consideren algo puesto por un ser superior para su disfrute.
Aunque ya se que suena un poco paradójico si incluimos en esto del disfrute al zoo y similares.

Con el tiempo se darán cuenta, que no es divertido y espero que con el tiempo sean mayoría los que opinen que el que quiera ver orangutanes que se vaya a Sumatra a ver si queda alguno por un casual.
No sé porque desconfiando tanto de la especie humana en general tengo tantas esperanzas puestas en las nuevas generaciones. Otra paradoja de las mías.

Anónimo dijo...

David, homo sapiens de mi corazón, ¿De verdad piensas que nos llamarían homo-sinpelus existiendo seres como la Pantoja y otros que yo me sé?....Lo dudo, lo dudo. (Homo-terribilis , Homo-tontoelhabis, algo así mejor)

 
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