Pánico? déjalo correr

Ayer fue un buen día al final.

Me llamó Ricardo para invitarme a cenar y después de pasármelo bomba resulto que Marcelo tenía un regalito sorpresa fin de fiesta para mí

También me llamó Carlos para invitarme al estreno de su último corto.

Hay tres motivos que me empujan a aceptar esta invitación.

Me encantan los cortos de Carlos y estoy encantada de arroparle en estos eventos. Estas son dos importantes razones, pero hay otra.

Carlos tiene un amigo que se llama Javier, no sé si lo seguirá teniendo la verdad, el caso es que he coincidí dos veces con él y me encantó.

Le conocí en una fiesta que dio susanitaka en su casa y venía por la parte de los amigos de Carlos o algo así. Él tenía novia pero conectamos de puta madre, nada libidinoso ¿eh? era un tipo con el que podía hablar como si le conociera de toda la vida, no sé, ese tipo de persona con la que estás más a gusto que si fueras en zapatillas por la vida.
Tiempo después del segundo encuentro, que casualmente fue en una anterior muestra pública de los cortos de Carlos, donde me percaté de que además de maravilloso estaba como un queso, Susanitaka me dijo que la feliz pareja había roto, porque ella había descubierto que le gustaban más las mujeres... ahí me lo imaginé yo triste y desconsolado a mi merced, pero nunca tuve acceso a su entorno y además me dio un ataque de pánico cuando susi sugirió pedirle el teléfono de Javier a Carlos.

Un día estábamos tomando algo en El Magerit y vimos a la novia de Javier, bueno ya exnovia.
Ella me dijo que gracias a mí lo habían dejado (¿ein?) no supe que cara poner, por un lado la inmensa alegría me desbordaba y por otro la confusión me cegaba, esperé un poco más de claridad antes de emocionarme demasiado. Hice bien.

No era la cosa tan bonita como mi alegría me sugería, el caso es que en aquel pase de cortos esta chica descubrió que no tenía los más mínimos celos al ver a Javier en tan amistosa charla conmigo.
-¿humm? Ah pues qué bien, ehhmealegro...
No volví a saber nada de él.
Ni de ella.

Ahora tantos años después vuelve Carlos con sus pases y aquí estoy yo, dudandodudandodudando. Hay un par de pequeños inconvenientes, el pase es a la 1 de la madrugada y no puedo quedar con nadie hasta esa hora para pasar el rato, bueno sí podría pero... ay
el segundo inconveniente es que me aterra volverle a ver, aunque también me aterra ir y que no esté o que esté con alguien o que no sea tan estupendo como recuerdo...

De todos modos creo que es demasiado tarde, no he ido a recoger la entradas... mira mejor, así me tranquilizo.
Otro siglo será.