Morriña

Cuando te tiras unos días en buena compañía, con alguien que te mima y accede a tus caprichos con una sonrisa, días de entrar y salir en una especie de espejismo de independencia... cuando disfrutas de unos días así y llega el lunes con su rutina, te entra un estado de bajón bastante desagradable.

Hemos hecho casi todo lo que queríamos hacer Juanillo y yo. Hemos ido a ver la exposición de M.C. Escher aguantando una cola enorme y un chaparrón pequeño, a mí me resulto muy interesante tanto la obra, que además me parece alucinante, como las caras de los visitantes que también parecían alucinados, hemos paseado por La Quinta de los Molinos donde nos volvió a llover, pero aún así, o tal vez por ello fue un lugar con mucho encanto, hemos recorrido el centro buscando un buen café y logramos encontrarlo, hemos comido chocolate y visto películas tirados en el sofa en un estado de paz y tranquilidad necesarios después de tanta caminata que me ha proporcionado atender a Dante a distancia.

Juanillo ha "cocinado" para mí y me ha preparado el café, me ha animado este horrible sábado cuando tuve que venir a currar a este edificio en el que sólo estaba el de seguridad, yo... y un güevamen y medio de trabajo, hmmm he comprobado lo buen masajista que es.

Nos ha faltado hacer una excursión fuera de Madrid, pero el tiempo no ha sido precisamente el mejor para ir a la sierra v_v

Asi qué, cuando me he levantado en mi vida de todos los días me notaba un poco rara, he comprobado que tengo las defensas bajas pero que no es eso solamente lo que me pasa, he decido llamar a mi estado de ánimo como morriña.

Cuando he sacado a Dante he visto a un hombre de unos 35 ó 40 años sentado en la valla de las jardineras con las manos cubriendose los ojos y los hombros temblones. Sí, estaba llorando como un niño castigado y me ha dado una pena inmensa.

Estas cosas no ayudan mucho a sonreir hoy pero todo pasa y probablemente antes de que me dé cuenta estaré instalada y reconciliada con mi vida ^^