De lo que acontece cuando hago lo que digo...

Ayer será un día que marcaré en el calendario como día aciago y nefasto.

Después de mucha duda, decidí llevar a Dante a la peluquería rogando porque la tormenta esperase por lo menos a que nos diera tiempo a llegar a casa... la tormenta esperó, no sé si por nosotros o por coger mayor fuerza luego para que mi agradecimiento fuese mayor.

El caso es que dejé a Dante a eso de las 6 de la tarde y la peluquera me dijo que le recogiese a las 8. Ahí andaba yo preguntándome que hacer con esas dos horas, lo bastante lejos de todo sitio agradable que pudiera pensar. En previsión, había llamado a Susanitaka que es la que más cerca me pillaba, pero la muy... estaba en el dentista, también llamé a chschs, pero no le apetecía venir tan lejos y tenía muuuchas cosas que hacer.

Pues ná, sin pensármelo dos veces me metí en la primera peluquería humana que ví y dije la frase cataclismática... sólo lavar y cortar, gracias.

Tenía que haberme escamado cuando el peluquero me lavaba el pelo con las palmas de las manos, home no soy muy de peluquerías y lo mismo es un nuevo método, pero a mí me estaba dejando alucinaita, me preguntaba ¿este hombre me está lavando el pelo o me está acariciando como si yo fuera un Dante cualquiera?
Cuando terminó de sobarme la melena, me preguntó como quería que me cortase el pelo. A mí esto siempre me supone un mar de dudas de lo más encrespado y tormentoso, me debato entre tanto tiempo de lucha contra mi pelo y el horror a lo irreparable...

- Humm... un buen corte para saneármelo.
- ¿ una media melena?
- Sí, una media melena
- ¿por encima de los hombros?
- Eso, un poquitín por encima de los hombros.

Madre mía debo tener los hombros a la altura de las orejas y no me había dado cuenta nunca >_<
Debería comprarme unas lentillas aunque sólo sea para cuando voy a la peluquería. A mí me estaba dando la impresión de que la mancha negra que estaba a mi espalda armada con unas tijeras se estaba pasando un poco, pero de ahí a saberlo fijo... la verdad es que no. Cuando terminó y me puse la gafotas me entró un ataque de risa nerviosa que la peluquera y el peluquero achacaron a una felicidad sin par y yo, que no tenía nada bonito que decir, pagué religiosamente y me largué de aquello que seguiré llamando peluquería a falta de un nombre peor.
Aquí dejo la foto que prometí ayer a Pepa, se puede apreciar que parezco un chupachups con pelo.

Según salía comprobé que sólo eran las 7 pero providencialmente me llamó Susanitaka porque ella también acaba de salir del dentista, bajo amenaza de muerte si se le ocurría reírse, quedamos para tomarnos algo mientras llegaban las 8. No se rió o si lo hizo no lo recuerdo, nos tomamos algo, dijo que me quedaba bien y agradecí su piadosa mentira pagándole la caña, diga lo que diga el mundo, es casi imposible salir bien de una peluquería en condiciones "normales" por lo que en condiciones tan especiales como la mía... dadlo por hecho. Mentía como una bellaca.
Me tuve que ir a su casa para que me dejase un paraguas porque estaba empezando la cosa a caer de forma un poquito sería, yo seguía preguntándome porque demoños no me habría quedado en casita con mi perro hecho un guarro feliz en vez de encabezonarme en bañarlo cuando el home del tiempo me decía que no lo hiciese.
Recogí a Dante, y como he dicho ya, el cielo se apiadó un poquito de mí... lo justo para llegar a casa intentando no mirar los reflejos de escaparates y otros inventos así.

Mi madre. Mi madre siempre que llego de la pelu me dice ¿qué te has hecho? no se te nota naaáa. Esta vez se descojonó en mi cara, luego dijo que no me quedaba mal. Después de remirarme en el espejo y empezar a maldecir y blasfemar me dice toda digna: Es que no sabes peinarte o_Ò Creí que después de la muerte de mi abuela no volvería a oír esa frase. Ayer descubrí cuanto se parecen las hijas a las madres con el tiempo.

En lo más recio de la tormenta decidí ir de visita a casa de mi hermana, casi me cago por la patilla cuando un trueno hizo saltar la alarma del coche de al lado y casi me ahogo en el trayecto de 3 minutos que separan nuestras casas, pero llegué.
Mi hermana dice: uy te lo han dejado igual que a mí aquella vez qué.... ya no escucho más ¿igual que a ella? pero si ella lleva el pelo supercorto desde hace siglos (siglos sí, ¿qué pasa?). Mis sospechas se confirman. Tengo los hombros a la altura de las orejas v_v
Bueno, reconozco que con ella y las risas que nos marcamos se me pasó un poquito el disgusto.

Mónica también se rió de mí, luego dice que nos van a confundir... pero no como antes a ella conmigo, si no a mi hermana conmigo, es decir que Mónica ya no es mi miniyo, yo me he convertido en la miniyo de mi hermana XD.

Intentamos convencer a Mónica de las ventajas del pelo corto, lo único que le hizo algo de mella es la comodidad de cara a las clases de natación y lo divertido que sería que nos pareciésemos las tres... pero creo que mi nuevo look la echó bastante para atrás. Mejor para ella, ójala yo hubiera tenido una tía que me hubiera mostrado las catástrofes antes de que ocurrieran.

Me gustaría decir que no he dejado de llorar en toda la noche, pero mentiría. He dormido como escarola tooooda la noche.

Me he levantado, me ha encantado la sensación de pelo corto en la ducha y luego me he vuelto a desesperar cuando me he enfrentado de nuevo al espejo.

Por último os dejo la cara de cabreito apeldario que tengo. Espero que ni Lentejas ni Ricardo dejen de hablarme por esta quistión... bastante tengo ya con verme todos los días hasta que crezca de nuevo mi melena v_v