martes, julio 10, 2007

Jacinto

Esto es tan grande y bonito que me parece un despilfarro para una sola persona. Creo que debo buscar a alguien para compartir este espacio, buscaré sin prisa. No es que me parezca justo ¿quién soy yo para juzgar quién necesita más un lugar dónde cobijarse? pero en quién si no voy a delegar esta tarea.
Las normas serán simples, respetar la casa y al resto de habitantes. Tal vez al principio sea complicado pero con tiempo, paciencia y cariño saldremos todos adelante… Así empezó la idea cuando llegué a mi nuevo hogar, esta casona firme e inmensa.

Me encaminé hacía el descampado donde la televisión daba la noticia de un burro abandonado porque algo me urgía a que acudiera. Allí seguía, atado a la tierra, con una enorme tristeza como compañera que me repugnaba más que la miríada de moscas que había a su alrededor. Me acerqué despacio con dos cubos, uno con agua y otro con comida, le ofrecí primero agua y bebió con avidez, del otro cubo no dejo ni una zanahoria. Me senté cerca de él y saqué un terrón de azúcar que aceptó encantado mientras yo observaba cómo la tristeza soltaba un poquito a su presa. Cantando bajito una canción sin letra comencé a cepillarle para quitarle un poco la suciedad, esquivando con cuidado las heridas. Después con mucha calma desaté la cuerda de su pata trasera y me quedé un rato más contemplando una nada especial.

Cuando inicié el camino de vuelta a casa miré hacía atrás y esperé un momento pero el burro no dudó un instante en acompañarme, observé que la tristeza ya flotaba un poco por encima de él.

Ya tenía el primer inquilino para la casona. A los dos nos pareció que Jacinto era un buen nombre para él, cuando paseamos solemos hacerlo uno al lado del otro pero si nos alejamos demasiado Jacinto insiste en traerme de vuelta a casa. Siempre vamos a la compra juntos, él me lleva y yo le guío. Sé que la gente nos mira con extrañeza pero no nos importa, la tristeza de Jacinto ya le sobrevuela a tal distancia que estoy segura que desaparecerá con las próximas lluvias.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Mu gonito, y como me suena esta historia a otra más real.

Pipilota dijo...

Es que es real como la vida mesma Ü
y si no algún día lo será ^-^

Anónimo dijo...

uff qué susto por un momento creí que habías dedicado tu entrada a mi suegro... hasta que ví lo de las zanahorías.. no puede ser a él no le gustan...

es broma...eh??

muy bonito y qué feliz debe vivir "jacinto" y yo cuánto me alegro.

Pipilota dijo...

hmmm pues el nombre de Dominga para una urraca huerfana de padre y madre que encontramos Jacinto y yo es un nombre que me está dando vueltas y vueltas a la cabeza jijiji

Anónimo dijo...

jajajaja urraca..hummmm no, yo guardaría el nombre para cuando encuentres una gallina... me parece más adecuado...
menos mal que esto no lo lee nadie de mi famili política.. pero todo esto con cariño, sin acritú nenguna eh?

Anónimo dijo...

¡Y nosotros que lo veamos!, como desaparece la tristeza de jacinto y como vais lo dos a la compra, uno al lado del otro.
Por cierto para ver esto último, ¿a que hora sueles ir al maravillas?

Pipilota dijo...

Bueno, iríamos a un mercadILLO en los mercados urbanos no dejan pasar perros así que imagina lo que sería intentar acceder con un asno por muy alegre y nominado que estuviera ;P

Y sí, creo que dominga le va más a una gallina hmmm tendré que buscar otro nombre para la urraca y no, esto no es un homenaje a tu familia política. XD

Anónimo dijo...

Pues cuando te digan en la puerta: ¡señorita!, no se puede entrar al mercado con un asno, (tu tienes que mirar a tu lado y decir con cara de sorpresa), ¿a que asno se refiere), ¿como que a que asno?, al que lleva usted al lado, perdone usted sr.guardia, yo a mi lado lo único que tengo es mi "transporte de mercancias individual", o "carro de compra"

Atlantida dijo...

Me ha encantado la historia de Jacinto, sea real o no, mi hermana tenía una burra llamada Curra, era genial verla divertirse con las gallinas jugando al pilla-pilla ... ahora, ha dejado de existir, creo que habría hecho buena pareja con Jacinto (jeje).

Pipilota dijo...

No Pepa, diría ¿asno? ¿qué asno? este es jacinto, mi compañero de piso Ü

Pues mira altántida... una novieta sí que habría que buscarle a jacinto.
En principio es una fantasía, sí fue cierta la historia de un caballo abandonado, esto es lo que me hubiera gustado hacer de haber sido posible v_v

Anónimo dijo...

Me encantan los burricos :) Quiero uno.

Pipilota dijo...

Te lo dejo un rato :)

 
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