jueves, julio 12, 2007

Érase que no se era...


Érase una vez
un castillo al revés.
Un lugar encantado
en el que cada cual iba por su lado.
Reinaba un hombre gris
en aquel triste país,
en su barba larga y perlada,
moría de soledad un hada.
Tras el trono un enano feo
le señala con el dedo.

La princesa Ranulienta
no estaba nada contenta.
Mil batallas había librado
pero ya se había cansado.
Se retira a sus aposentos
con paso decidido pero lento.

La bruja del lugar
no paraba de otear,
Se estruja el sombrero
porque no cae ningún aguacero,
y no puede dejar de presentir
que algo va a ocurrir.

Remira la bola de cristal
pero quedan plazos por pagar
De este modo la visión,
pierde bastante definición

Dejemos a la bruja con su congoja
y volvamos con la princesa coja.

En sus aposentos apostado
le espera el príncipe encantado
mas no penséis que por otra cosa ha sido
que de haberse conocido,
pues es un ser altamente pedante
le mires por detrás o por delante.
Ranulienta no le soporta
y le da sin más una sonora torta.
El príncipe que es pusilánime
se lo va a contar a su padre

Sí, aquél de la barba cana
porque me ha dado la gana.
El rey mira al encantado
y se pregunta en qué demonios ha fallado.
Mas es una pregunta retórica
aunque con el tiempo se volverá histórica

El encantado príncipe abofeteado
se ha quedado además pasmado,
y no se le ocurre otra cosa
que buscar apoyo en su esposa.
Como es un castillo al revés
y me falta una reina hermosa
¿Adivináis? Sí. La reina es la mujer
que además anda pescando en la fosa.

La reina ve venir al lloriqueante esposo
y decide en ese preciso instante
lanzarse a las fauces de un oso,
que pasaba por aquel lugar
sin saber muy bien dónde acababa de llegar.

El oso aún estupefacto
sigue al encantado hasta el salón
y se enamora en el acto
del enano que tiene ojos de salmón

El príncipe obtuso como el solo
sólo sabe decir ¡ cómo molo!
Como el hada es boba de necesidad
queda prendada de la necedad.
Y no hay mayor necio en el reino
que este príncipe viudo y tierno.
Él encuentra quién le escuche
Y le regala un anillo en un estuche

Por fin la bruja lo ve claro
Se va en busca de Ranulienta
Y le recuerda con todo descaro
¡Vámonos que empieza la fiesta!

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Esta tontuna se empezó ayer
Cuando Mónica dijo:
… Érase una vez, un castillo al revés

6 comentarios:

Anónimo dijo...

euq otinob otneuc la sever.

Pipilota dijo...

saicarg

nis it areibuh odis etnatsab roep.
:*

Anónimo dijo...

aj aj aj aj

Anónimo dijo...

ut eugis euq a ol rojem sedeup riviv led otneuc ej ej ej.yoV a renop a inoM a olrartsuli.

Atlantida dijo...

em otsug ohcum, odnauc elas a al atnev? aj,aj

Pipilota dijo...

odnauc enimret al arodartsuli sal senoicartsuli ij ij ij

 
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