¿Todo bien reina?

Este año me ha pillado casi por sorpresa La Comida de Las Primas, vamos que me enteré el miércoles por la tarde que habíamos quedado para comer el jueves, así que nada, me pedí el día y ¿a quién le tocó pensar dónde nos homenajearíamos? Xacto, a mí.

Tenía yo el antojillo de conocer un sitio que hay en mi calle que es muy chiquitín, donde siempre hay gente esperando y que los platos que se anuncian tienen muy buena pinta, y contra todo pronóstico conseguimos mesa a las 14:30

El sitio era íntimo, para ser exactas muuuyyy íntimo. Nos colocaron a las 5 en una mesa de 4 por lo que a mí me insertaron en el pasillo con una silla plegable frente a la maldita puerta. ¿He comentado ya que el sitio es un hervidero de gente entrando y saliendo? Aún así mi riñonada está en perfecto estado y el amago de neumonía que planeaba sobre mí ayer, ha pasado de largo.

El caso es que el camarero, cada vez que pasaba cerca, nos decía a alguna ¿todo bien reina? y esa frase hizo que me tronchara de risa cada vez que la decía Sita, bueno no sólo yo; esta mañana cuando venía en el metro, me ha dado una subida de comisuras al acordarme del ataque de tos y risa que le dio a Ana y lo mal que lo pasó la pobre porque no podía expectorar por ningún lado. A su derecha inmediatísima estaba Sita, enfrente Pepa y Chschs y a su inmediata izquierda yo; al intentar accionar el cuello un poquito más allá, se encontró con la paella de la mesa vecina ¿o era siamesa?, el caso es que casi nos fenece allí mismo, sobrevivió gracias a un kleenex que tardó en aparecer pero finalmente lo apareció y cumplió con su absorvente papel.
El tema de encontrarnos ya la botella de vino a la mitad, personalmente es que no estoy acostumbrada a las casas de comida, y pensé que era un olvido... luego por lo oído y por lo visto es lo habitual en estos sitios, cuando nos terminamos la media botella y pedimos más, a la voz de "en seguida reina", el camarero estiró el brazo (un poquitin) y nos acercó la botella que había en la mesa de atrás.
También estuvo muy bien el detalle de dejarnos una frasca de licor de hierbas y una de pacharán con la siguiente frase:
-Aquí tenéis, hasta que os aburráis reinas.
Hacia los 3 minutos nos pidió la de pacharán que no habíamos tocado, y a los 6 minutos aproximadamente, se llevó el culín que quedaba de la frasca de hierbas para el caballero de la mesa de la paella. Nosotras nos miramos por si parecíamos aburridas y llegamos a la conclusión de que aburridas no, pero pasmadas estábamos un rato, así que escurrimos los vasos no se los fueran a poner a los siguientes y nos fuimos al calor de la calle.

Lo bueno de todo esto, es que al ser una casa de comidas, comimos las cinco por el mismo precio que casi nos ha costado otros años el cubierto a cada una y encima a La Anita le dio por invitar a la comida y a las copas.
En este plan podemos quedar todas la veces que queráis guapetonas :D

En fin, me vino de vicio que me sacaran de mi enmimismamiento y me lo pasé bomba.


Y a partir, no sé si de hoy o del lunes, me impongo una terapia laboral intensiva. Desde que Lola se fue de vacaciones, allá por el 20/ Dic. no he vuelto tocar mis reclamaciones y sólo de pensar lo que se me viene encima me dan sudores fríos y palpitaciones.

Sé de buena tinta que todes los que leen estas tontunas habéis sido buenísmes así que sé que Los Reyes os traerán todas las cosas que hayáis pedido.

Último round para finalizar estas fiestas, que de momento no tengo ganas de diseccionar.