De cuandos y de luegos

A veces, el recuerdo de mi padre me asalta de formas extrañas.

Descubrir esta mañana que llevaba los bolsillos del abrigo lleno de guarrerías varias ha sido una de ellas.
Cuando me da un ataque da atchisses, cuando limpio los zapatos, cuando veo a Alfredo Landa, cuando escucho esa canción, cuando mi madre hace algún dulce, cuando por algún raro motivo mi nariz aprecia el olor del campo, también le recuerdo.
No me acuerdo qué he soñado esta noche pero sé que ha sido con él, estoy convencida de que le he visto y me da muchísima rabia no recordarlo. En fin.

Luego está esta estúpida esperanza, por más hostias y puñaladas que se lleve no se termina de morir la muy imbécil.

Luego más tarde, cuando he llegado al Cercanías, me he cruzado con un tío bueno (para mi peculiar gusto, claro) ensimismado en la lectura de un libro, que no era otro que uno de Prachett y he pensado: Tenía que haberle besado ¡hombre!

Luego está que esta noche, si el aforo no lo impide, iré a ver a mi adorable Sr. Deep y si mis compadres están por la labor, luego después nos tomaremos un algo para comentar lo visionado. Espero que las expectativas no desluzcan el espectáculo… ya veremos.

Buen fin de semana a todes