martes, febrero 26, 2008

El caso Murdenson

En un mundo desquiciado por la fabricación de la lavadora Perfecta acontecieron casos bastante insólitos como el que trascribo a continuación:


Otro caso notorio fue el de Murdenson. Su lavadora le desgarraba adrede las camisas, perturbaba con sus silbidos las audiciones radiofónicas en todo el vecindario, hacía proposiciones deshonestas a los ancianos y a los menores de edad, llamaba por teléfono a las amistades de su patrón y, haciéndose pasar por él, pedía préstamos de dinero; invitaba, so pretexto de enseñarles colecciones de sellos, a las lavadoras y enceradoras de los vecinos para cometer con ellas actos lúbricos y se entregaba en momentos de ocio al vagabundeo y la mendicidad. Conducida a los tribunales, presentó un certificado de un ingeniero electrónico diplomado Eleaster Crammphouss, donde se aseguraba que la lavadora sufría períodos de perturbación mental, durante los cuales se tomaba por un ser humano. Los expertos convocados por el tribunal corroboraron este diagnóstico y, en consecuencia, el procedimiento fue sobreseído. Después de oír la sentencia que la libraba de culpas, la lavadora sacó una pistola “Lugar” y con tres tiros privó de la vida al fiscal que pedía la condena a cortocircuito. Fue detenida y puesta en libertad después de pagar la fianza. Los órganos judiciales se encontraron ante un problema arduo: la irresponsabilidad de la lavadora, puesta de manifiesto por la sentencia, la libraba de todo acto de acusación; tampoco era posible internarla en un sanatorio, ya que no existía ningún hospital para lavadoras locas. La solución legal del urgente dilema fue facilitada por el decreto Mac Flacon-Glumbkin-Ramphorney-Hmuling-Piaffk-Snowman-Fitolis.


Extraído de Tragedia lavadorina de las memorias de Ijon Tichy

Diarios de las estrellas. -Stanislaw Lem

7 comentarios:

david dijo...

Lem es Dios y desde mi más temprana edad, yo uno de sus profetas. Y esta historia es el delirio. Me mata de la risa, ¡me mata!

lentejas dijo...

Bufff! Cada vez me gusta más mi desvencijada lavadora ô~ô

Pipilota dijo...

Siento disentir, Dios tiene alceimer y se llama Prachett.
El Sr. Lem adolece en algunas partes en su Viaje a las estrellas de una pastosidad rayante con el polvorón, bastante difícil de digerir a palo seco, cosa que de momento a mí con Terry no me ha llegado a pasar.
Sin acritú ninguna se lo digo a su profeta. Conste.

Lentejas, tu lavadora, seguramente, será un solete en comparación con algunos modelos de los que hablan en el libro. :D

De todos modos, lo mio con las lavadoras... buf. Cuando conseguí entender a la última que tuvimos, cascó y con la de ahora todavía no me he sentado a intentar entenderla.

Anónimo dijo...

Excusas todas son mas menos iguales...

Pipilota dijo...

Oh

¿de verdad? vaya, vaya, que engañada me tienen. >_<

lentejas dijo...

Qué comodo es "no saber" cuando conviene...¿Eh?...

Yo a partir de ahora voy a dejar de saber usar el fregadero...Es tan complicado..., oyesss, menos mal que Jesús lo entiende de perlas, que friegue él. ^_*

Pipilota dijo...

Has de saber que en estos casos estoy totalmente de acuerdo con la cita de Leopardi Giacomo que dice:
”La ignorancia es la mayor fuente de felicidad.”

Por cierto, yo creía que a tí eso de fregotear te relajaba. Veo que has encontrado mejores métodos de relajación. M'alegro por tí y Siéntolo por Jesús ^-^

 
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