Talaverada I
Parece que mis maldiciones se recurrentean… Además de mancharme más camisas que la anteriormente citada, el sábado volví a caer en otra pettit maldición casi olvidada por el paso de los lustros.
Siempre que voy a Talavera me pierdo y pierdo a quien conmigo ose intentar salir de dicha ciudad.
Hace años convencí a Susanitaka de que me acompañase al pueblo a coger cerezas. La Sepulvedana nos llevó a Talavera donde cogeríamos otro tubús para el pueblo. No sabía yo que los sábados no hay tubuses que hagan ese recorrido, pero ni corta ni perezosa le dije:
- bah, pues nos salimos de Talavera y hacemos dedo.
Una cosa es el dicho y otra el hecho. Yo, cual si fuera Heidi, encaminé mis pasos hacia las montañas que se veían más allá de las casas; para darnos ánimos decidimos tomarnos una cañita (cuando me veo en una situación espantosa y horrible necesito algo distinto en lo que pensar, como por ejemplo cerveza), luego a unos 500 metros aproximadamente de haber terminado la cañita, tuvimos la necesidad de expulsarla, como buenas pringás que somos, no podíamos meternos en un bar y hacer uso del baño sin consumir, por lo que cada vez que entrabamos nos tomabamos una caña que teníamos que expulsar cada vez con más frecuencia y por eso la cosa se alargó más de lo debido. Cuando por fin entramos en uno de los últimos bares y empezamos a soltar la lengua con desconocidos descubrimos, entre la risa histérico-alcohólica, la vergüenza y el espanto, que el camino escogido, si bien nos sacaría tarde o temprano de la ciudad (ni aunque fuera a gatas), se encaminaba hacia Otras Montañas, no las mías.
Abreviando, finalmente dimos con la salida correcta y nos cogió un chaval que iba hasta la gasolinera donde, supuestamente, sería más fácil practicar el polizonaje autorizado. Para ser sincera no me acuerdo de dó salió ese chaval, vamos, que no sé si lo interceptamos en el último bar o ya directamente en la carretera.
Tampoco sé que coño hora sería, pero aquella gasolinera surtía menos que un puesto de bacalao en el desierto, así que nos fuimos otra vez a la carretera y nos plantificamos a la sombra sin sombra de una parada de autobús.
Después de un buen rato, acertó a pasar por allí un coche cuyo conductor se apiadó de nosotras… no podía ser otro que el cura de La Hinojosa, pueblo vecino al que no conozco más que por el nombre. El santo varón aguantó con miraditas de reojo nuestros gesticulantes espasmos por no reírnos y no mearnos durante todo el viajecito y nos dejó en la plaza con sus bendiciones. De allí nos fuimos al Soleil a expulsar la última caña talaverana y por supuesto a tomarnos una realeña, que no sé cuantas horas habían transcurrido desde la última (lo menos 1000) a pleno sol por esas carreteras de Dios, pero estábamos sequitas, sequitas.
Para finalizar, comentaré como de pasada, que al día siguiente la descerebrada de Susanitaka se arriesgó de nuevo a que le hiciese de guía por los caminos hasta El Praocristo…y por supuesto, hacía tantísmos años que no subía andando, que nos volvimos a perder y casi terminamos en la sierra… pero esa es otra historia, bastante más refrescante y de la que creo que no me acuerdo.
Mañana o así: Talaverada II
12 comentarios:
Seguro que la perdiste a propósito para hacer un tour turístico por todos los bares de Madrid
Perdón, los bares de Talavera, cualquiera diría que yo también los visité, glups
que no, que no. Lo que pasa es que a veces me parece que las únicas montañas que existen en el mundo son las del pueblo :") ya ves tú que tontuna.
Espero impaciente Talaverada II,
Como Thelma & Louise pero sin coche!!!!!!!!!!!!!
No sé... no sé... tómate una tila, porque de momento con un enlace a tu Trip talaverano me parece que voy a dejar la papeleta resuelta jijiji
¿Thema y Louise? Bueno... no nos intentó violar nadie, ni atracamos la gasolinera, ni nos persiguió la poli, ni (por raro que parezca) nos caímos por ningún barranco, pero coches tuvimos varios a nuestra disposición: una Sepulvedana, el coche de un espontáneo y el coche del cura ;P
¡vaya!, mira que cositas mas sabes hacer, además de perder a la gente por talavera
^-^ Cuando quieras podemos ir a por los putos colchones...
... A Talavera, pero conduces tú, que en coche aún no me he perdido.
Juas, juas, juas......¡miedo me da!, contigo a talavera y conduciendo yo.
¡Que tiemble entera la provincia de toledo!
desde aquel día no he vuelto a recuperar el norte, sigo todavía perdida y sigo siendo una descerebrada así que llevarme al bar....
¿Susanitaka? ¿te dejan libertad internaútica en el trabajo? º.º
Eso no me lo habías contado.
Lo del norte no me lo creo después del viaje que te has plantificado para el puente, jodía.
Y lo de llevarte al bar... ya veremos.
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