Puajes

El sábado o el domingo soñé que no me quería nadie, ni siquiera mi madre o mi perro. Pasó por mi sueño todo el mundo; yo era una pieza en sus vidas en las que tenía una cierta utilidad y ya está. Aún así, contra todo pronóstico, el sueño no me entristeció si no que dejó un poso pseudo filosófico que paso de detallar.

Esta noche mi visitador nocturno se ha dormido y a eso de las 7:00 ha pasado corriendo volviendo a agitar mi cama, esto aún no me quita el sueño. Es más, creo que es Dante y sus inquietudes noctámbulas que de alguna manera se las apaña para que todo parezca misterioso.

Me he levantado con un insistente dolorcillo de cabeza pero me he tomado dos pastillamenes y ya sólo me queda la pesada pesadez de cabeza.
Recibo un mensaje que me dice que debo tener más paciencia ya que la eclosión del huevo va a tardar 3 días más de lo previsto... de momento.
La semana pasada me relajé con mis replicantes y se me han subido a las barbas, me pongo a ello con ahínco y, como no podía ser de otra forma hoy, ha cascado el sistema.

Y por último aquí estamos Lola y yo mano sobre mano esperando noticias. Esperando... esperando.