Tercer round

Sí, merece la pena porculear y tocar las narices aunque al final no saquemos nada en limpio.

Merece la pena porque estamos asistiendo a un baile de máscaras y al contrario cada día se le cae un trozo de la suya mostrando que es más feo que un pierdepaga. Merece la pena porque, aunque las cosas mal hechas no siempre son sancionadas, por lo menos no se van a casa pensando que pensamos que nos están haciendo un favor y que nos vamos a la mierda con una sonrisa y una flor (en el culo). Merece la pena, simplemente, por ver los morritos de La Bulldog que se mueven como los de un rumiante ante un festín de paja y la vena palpitante de La Maripuri que parece que nos va a empercudir a todos de un momento a otro.

Ha sido bonito ver con que desfachatez nos acusan de usureros con esa puesta en escena que llevan de suficiencia pero con esos gestos delatores antes citados, ha sido enternecedor asistir a su propuesta fraudulenta delante del inspector laboral de turno, que oye, ese hombre... qué saber estar, qué modo stanby tan bien llevado, yo que temía que me preguntara incluso mi nombre y ha habido momentos en los que me he olvidado de su presencia.

Ayer nos abatieron el ánimo de mala manera. Ayer aún confiabamos un poco en su interés por nosotros, hoy esta esperanza ya no nos acompañaba, es bueno saber qué hay detrás de esas iniciales sonrisas de hiena. Hoy no podían abatirnos de nuevo. Hoy ha quedado claro ante un tercero toda su falsedad y mala fe. Es verdad, no sacaremos nada...tal vez la cabeza caliente y los pies fríos, pero eso sí, nuestra calenturienta cabeza puede ir bien alta.