Perlas lancrianas

Hay libros del mundodisco que me gustan más que otros. En Mascarada he encontrado una serie de perlas proporcionadas mayormente por el poder que ejercen las brujas de Lancre... el poder sobrecogedor de la más terrible de las artes arcanas: la cabezología.

Conozcamos primeramente a Tata Ogg:

- Yu-juuuu, soy yo- dijo Tata Ogg, asomando por la puerta, y era tal la naturaleza abrumadora de su personalidad que hasta aquellos que no sabían quién era creyeron sus palabras.

Las brujas son curiosas por definición e inquisitivas por naturaleza. Ella se mezcló con el grupo.
-Déjenme pasar, soy una persona fisgona- dijo usando ambos codos. Funcionó, tal como suele pasar con esa clase de métodos.

Sobre Yaya Ceravieja trascribiré un encuentro...

-Esta es Yaya Ceravieja, ¿sabes?
El troll le dedicó una sonrisa incrédula; después su ceño se volvió a ondular y por fin miró a Yaya.
Ella asintió.
-La que vosotros llamáis Aaograha hoa, ¿sabes?-dijo Tata-. "Aquella Que Debe Ser Evitada."
El troll miró su garrote como si estuviera considerando seriamente la posibilidad de golpearse a sí mismo hasta la muerte.

Sobre criticar a alguien:

Antes de criticar a nadie, camina un kilómetro con sus zapatos.

Sobre dar lecciones:

Si la gente quería dedicarse a darle lecciones a la gente, la otra gente tendría que recordar que aquella gente sabía un par de cosas sobre la gente.

Sobre el C.I. de las muchedumbres:

Las patadas y puñetazos solamente se detuvieron cuando se hizo evidente que la muchedumbre no estaba atacando a nadie más que a si misma. Y como el C.I. de una muchedumbre es el C.I. de su miembro más estúpido dividido por el número de sus integrantes, a nadie le llegó a quedar nunca muy claro lo que acababa de pasar.

Sobre el tamaño... de la mente :

Sin embargo, reflexionó, a veces la vieja mentira era cierta y el tamaño realmente no importaba. Lo que importaba era solamente lo que uno hacía con lo que tenía.

Sobre el caos:

Aquello era un caos. De hecho, era más que un caos. Era de lejos demasiado caótico para ser un caos verdadero, porque un caos de verdad tiene trozos ocasionales de coherencia, fragmentos de lo que se podría llamar un orden aleatorio. Más bien era esa clase de caos errático que sugería que alguien se había propuesto ser caótico desde un principio.

Y ya sólo me queda sacar a la luz una nueva forma de llamar algo que ya no se usa.
-¡¿El qué?!
-El...ya sabes. Lo que va-debajo de la cama. El vadebajo
- ¡¡Qué graciosa eres!!