Hoy he aprendido algo

Es un día feo, pero como estamos en otoño, es un día bonito a pesar de todo, fresquito y soleado.

Me he levantado con el izquierdo, y no, no es un apellido.

Hoy la gente por la calle me parecía francamente pesada e incordiosa cosa que he achacado a la fase lunar, no importa que sea luna nueva o luna llena… yo tengo siempre presente a la luna para culpabilizarla de todos mis males y demonios. Es lo que tiene el amor, la confianza ciega en el poder del elemento en cuestión, tanto para lo bueno como para lo malo.

Mañana por fin es sábado y tengo tantas Cosas Mierdas que hacer que no sé si será buena idea ir a comer con Pepa aunque me vaya a dejar el libro más gracioso que se ha leído últimamente.

Vamos con la dura lección del día:

Los de Caja Madrid son unos hijos de su repajolera madre, si no todos, sí la simpática señorita que me ha atendido a primera hora por teléfono. Espero que los dioses le hagan perder 100 veces lo que me ha hecho perder a mí, y para que a nadie le pase lo que me ha pasado avisaré a futuribles cabezas huecas como yo…

Si algún día, por un casual no encontráis vuestra tarjeta, y por esas cosas de la vida no puedes estar del todo seguro de si está en tu caótico cuchitril o si la has perdido irremediablemente, pero casi, casi estás seguro de que está en algún sitio del susodicho cuchitril… que sepáis que existe un bloqueo temporal de la tarjeta según me ha informado la tercera señorita con la que he hablado. Me ha informado de esto y de que ya no se podía anular la anulación de tarjeta aunque hubiera pasado simplemente media hora, entre la segunda llamada y esta tercera ya que según élla, YA se había emitido el duplicado.
En fin, no digo que no sean rápidos en enviar los duplicados, casi siempre al par de días tengo la tarjeta nueva en casa, pero si la estúpida que me atendió la primera vez, y a la que he expuesto mi duda más que razonable de que tal vez la tarjeta no estuviera perdida del todo, una vez comprobados los últimos y tranquilizadores movimientos, en vez de dejarme llamar dentro de un rato (que voy a ver si hago otra batida a ver si la veo) me hubiera dicho que existía la posibilidad de bloqueo temporal… me habría ahorrado un rato de angustia, no quedarme con lo puesto (que no está mal, no os asustéis ni me ofrezcáis préstamos) una tercera llamada, 3 putos euros y la cara de bobatonta que me ha dejado la antes mencionada señorita de la 3ª llamada.

Conclusión:

Si juntas a una estúpida a un lado del aparato y a una gilipollas al otro lado del aparato, Caja Madrid se gana tres euros de la forma más tonta.

Como premio de consolación me he comprado un par de donuts para merendar. De chocolate y de azúcar... me cuesta horrores decidirme cuando los tengo delante. Los compartiré con Lola que es una santa y me aguanta las caras raras como si estuviera viendo llover.

Buen fin de semana a todes.