...las noches, los días, las noches, los días...

Hay cosas que acontecen, nos hacen daño y parece que pasan… pero no pasan.
Se quedan ahí emboscadas en nuestro subconsciente esperando atacar cuando hayas bajado la guardia, cuando has despedido a los miedos amigos que te ayudan a combatir.
Entonces, cuando mucho tiempo después empiezan a aflorar, te extrañas porque no sabes de dónde vienen según que pensamientos. Primero te extrañas y luego te asustas, además como suelen venir por la noche con premeditación y alevosía empiezas a coger la cama con resquemor y te aferras a la lectura hasta quedar casi inconsciente, pero no importa porque las noches son eternas y paradójicamente efímeras y da tiempo para todo menos para dormir como una descabezada. En serio, a veces me gustaría poder desenroscarme la cabeza lo mismo que me quito las pantuflas.

La muerte viene casi todas las noches a visitarme, no es una compañía nada grata, espero que todo esto termine pronto o si no verás como termino yendo al especialista ese que no quiero ni nombrar. Claro que cuando no es la muerte, viene la soledad o la absurdez de mi vida o si no todas ellas juntas se montan un fieston en mi cabeza que no me dejan parar.
Y luego están los sueños. Con lo que a mi me gusta soñar y ahora tengo sueños estúpidos que no me dicen nada casi nunca. Menos el otro día que soñé que estaba en la cima de una montaña rocosa y ésta se derrumbaba pero yo bajaba como surfeando sobre una inmensa mole de piedra. Ah las piedras, las preciosas piedras son mis amigas.

He concluido, probablemente con todo desatino, que la mayoría de estos lodos vienen de las revueltas aguas del 2009 y bueno, también de la mierda de estresante inactividad a la que me someto que es como un circulo vicioso en el que cuanto menos haces menos quieres hacer y cuando termina el día (el 98 % de los días) te preguntas para qué coño que te has molestado en levantarte hoy

Tengo que… dejar el puto tengo que y ¡hacerlo! ¿hacer qué, dices? mil cositas de vital sinimportancia. Pero mira, espero la llegada de este lunes con cierta esperanza. Hostias, Esperanza. Tengo Que… llamar a mi tía, buf qué pereza.

Me voy ya, el Señor Chejov va a intentar contarme unos cuentos.

Buen fin de semana a todes